Ese fin de semana en Bilbao, rodeada de artistas con lenguajes, técnicas e inquietudes diversas, le ofreció una perspectiva que iba más allá de lo técnico: le ayudó a situarse, a ver con más nitidez sus propios procesos y posibilidades.

“A través de esta experiencia, me di cuenta de cuánto más es posible para mí como grabadora emergente”.

Después de su paso por el encuentro, regresó a Suiza y Croacia con una fuerte energía creativa. “Tuve un flujo muy potente en el estudio. Creé una serie de obras nuevas que estaban completamente fuera de mi zona de confort, tanto por la técnica como por el formato”. El impulso de lo vivido en Bilbao no tardó en traducirse en producción, exploración y nuevos caminos.

Poco después, pasó dos semanas en Gran Canaria aprendiendo electrograbado con el maestro Alfonso Crujera. “He aprendido sobre estas posibilidades gracias a OPEN Portfolio. Ahora tengo muchas ganas de seguir desarrollando un conocimiento más profundo en técnicas de grabado menos tóxicas”.

Su manera de entender el grabado combina intuición, oficio y experimentación. “Me impresiona el mundo del grabado; es la combinación de un impulso humano por dejar una marca o tallar una línea, con el desarrollo de un oficio serio, y la alegría de experimentar”.

Pero también reconoce las dificultades del camino: “Como artistas, puede ser complicado encontrar nuestro propio camino, aprender a hacernos las preguntas adecuadas, o simplemente ver cuál podría ser el siguiente paso”. En su caso, OPEN Portfolio supuso ese momento de claridad: “Me mostró exactamente lo que necesitaba ver: mis próximos pasos y mis preguntas”.

Y todo ello sin prisas, pero con constancia. Porque como ella misma dice, “todos necesitamos paciencia y resistencia en el grabado”.